Nuevamente, palabras de un poeta español que iluminan. O, al menos a mí, me brindan alguna luz para reafirmar lo que pienso acerca de la poesía, del poema y de la práctica poética. Ojalá que a ustedes también.
El reportaje completo a Francisco Brines, aquí.
"Mi interés ha partido siempre del intento de arañar enigmas. Me interesa la poesía como búsqueda de un conocimiento sobre la naturaleza humana y sobre el enigma de la vida, la poesía como salvación de momentos concretos. Tenemos unos puntos constantes que nos dan la sensación de identidad, pero si reflexionamos un poco nos damos cuenta de que hemos sido muchos. De niños apenas tenemos nada. Quizá el poeta tiene la capacidad de asombro. Sólo desde esa capacidad uno puede escribir."
"La poesía es buena o mala. Hay poesía social muy buena: Vallejo, España, aparta de mí este cáliz es maravilloso. El problema es que la mayor parte de la poesía social de entonces lo que hacía era poner en verso lo que se hablaba en el café. Era una traslación en verso de reflexiones, confesiones o creencias usuales en la gente. No me interesaba mucho porque yo en la poesía siempre busco un motivo de revelación, descubrir algo que yo no sé de antemano. Nunca he escrito un poema sabiendo lo que quería decir."
"Vivimos un mundo de minorías. La poesía es una gran defensa del individuo y de la individualidad del ser humano. Como se habla desde la vida y desde las emociones y tenemos parecidas alegrías y tristezas, el lector en la poesía no se busca a sí mismo sino que busca la verdad del otro. Cuando lees a alguien que puede ser incluso lo contrario que tú y, por la emoción estética, asientes al contenido, se establece algo muy importante: la tolerancia. Así, si un creyente lee un poema agnóstico y se emociona, ese creyente se hace tolerante, aunque sea por un momento. De la misma manera que si un lector ateo lee a San Juan de la Cruz, puede que no crea en la mística, pero sí creerá en el hombre que se apoya en ella."
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