24 de agosto de 2008

Cuando el arte necesita la explicación del artista

Fui invitada a participar con un texto publicado en poematriz (éste) en el Festival por las Mil y Una Artes, que se realizó este domingo en el centro cultural de igual nombre. Había también bandas en vivo, eléctricas y acústicas, exposición de cuadros, performances de teatro, fotografía, etc.
No deseo hacer una review de lo que vi porque no es la idea de este blog ni fui con ese espíritu, sino que deseo reflexionar sobre algo que vengo observando hace ya tiempo y que hoy volvió a aparecer frente a mis ojos. Se relaciona específicamente con la plástica, con las artes plásticas y sobre todo lo he visto con la pintura, como fue el caso hoy.
Parece que un cuadro ya no puede sostenerse por si mismo y el artista, en este caso el pintor, debe además escribir en un papel aparte qué quiso decir con el cuadro. No es la primera vez que lo veo, por eso volvió a llamarme la atención. Ejemplo gráfico: un cuadro, bastante bueno, de un ala de mariposa. Al lado, un cartelito con palabras de la autora en las que intentaba explicar qué había querido decir con eso. Algo tan banal y ñoño que ni siquiera lo retuve. Algo que el cuadro no requiere ni requeriría jamás. Yo, como espectadora, no necesito que me digan que las alas de la mariposa ahí pintadas simbolizan los sueños, la libertad o cualquier otra patraña por el estilo. Yo, si tengo ganas, sacaré mi propia conclusión al respecto. Yo, si el cuadro me moviliza, en uno u otro sentido, decidiré qué simbolizan esas alas para mí, algo que no necesariamente debe concordar con lo que el artista, supuestamente, "intentó".
¿Qué tal si Da Vinci hubiera puesto un cartelito al lado de La Gioconda diciendo "pinté a esta pelotuda para darle la única alegría de su vida" o cualquier otra cosa ajena, foránea en tanto es otro soporte, a la obra? ¿Por qué no también empezar a explicar los poemas o las novelas que escribimos con un apéndice o, mejor aún, con un menú contextual desplegable?
Ya sé: todo esto se debe al llamado "giro lingüístico", maldito giro posmoderno por el cual ya no hablamos de música, pintura o fotografía, sino de "discursos musicales", "discursos pictóricos" y así por el estilo. Y siendo una defensora acérrima y total, una laburanta de la palabra, una fanática del lenguaje, mi única religión como siempre decimos con un amigo, no me agrada en absoluto que otros lenguajes deban adoptar la lengua para expresarse o para descifrar su intención última, cuando debieran tener (lo peor es que la tienen) la fuerza suficiente para decirnos lo que quieren decirnos sin recurrir a otras ajenidades.
Si pintás, limitate a pintar y a decir todo lo que querés decir con el pincel. Si pintás y además querés escribir, me parece genial, es más te aliento a ello y a que incluso intentes fundir ambas artes, pero no quiero que me des un cuadro y al lado una explicación escrita, innecesaria e inentendible en ocasiones de "lo que quisiste hacer" o de "cómo te ves inmerso en el panorama del siglo XXI". Dejale esa ingrata tarea a los críticos, que para eso están o deberían estar (aunque también podríamos discutir cuál es su verdadera función, pero lo dejo para otro post).
Qué será lo próximo, me pregunto también. Cuál será el próximo giro, qué vuelta dará el arte (o el no-arte) esta vez...

2 comentarios:

Daniel Medina dijo...

Que propicio! Arte: esta confusión "pos moderna". Ojo: la palabra no le es exclusiva al escritor.
Necesito, luego soy! Quién hubiera escrito o grabado o dibujado esto en los momentos de las pinturas en las cuevas.
Sólo necesito.
Mi imagen, cualquiera sea, es una visión. Mi relato es en la misma suerte, una especie de explicación personal.
Cuándo es arte? Lo dirán los críticos y sus funcio"nalidades" (nos le debés!).
Explico. Sí, textos en la plástica; para re-cuestionar, para fundar una aproximación desde un lugar más ecuánime. Texto e imagen (dar magia).
Daremos magia en el preciso momento en que no intentemos el recurso, idiota, de explicar. También el la literatura.
Esto no es un texto, esto no es un "mingitorio" y esto no es un Blog (afortunadamente).

Anónimo dijo...

tal vez tenga que ver el hecho de que muchos artistas no comprendern o no aceptan la polisemia inherente al arte. y si hay algo que le da valor al arte, es justamente eso, sería aburridísimo (y muy triste) que todos viéramos alas de mariposa donde se ven alas de mariposa.